jueves, 28 de abril de 2011

Sin título, Victoria Aichino

Me levanté en un mar de ecos cuando sonó el arma, abstraje de él el pasaje, el momento que trasciende las sienes, vaya a saber por qué, aunque reviente, sueño que despierto. Incomprensible me lavo los dientes me ducho y medios de expresiones del mal aliento de allá vienen hasta acá quizás puede tal vez pasar por ser diferente, el sabor de las bocas esta vez extraño ente de mi diente sigo siendo el además y por sobre mí, el consciente sonriente. En el salto expansivo de techo a trecho me olvidé de mirar que tan abajo, por debajo se producía el interminable acoso de los cuerpos, riñendo y mintiendo, medios enredados de miedos, malestares grandiosos y odiosos cuando uno va entrando al juego. Sintiendo el fuego convierte el este en remo del oeste que llueve de nuevo y comienza la danza que amansa, que carece y crece en chistes de cuentos de hierro, hoy través del tiempo quizás sea el cielo, carcajada que es tajada en la cara y en el alma y yo creía que era cierto sufriendo por pena de miserias ajenas, viviendo por guerras eternas luchas de poemas irónicos icónicos viejos modelos de “recuerdo el momento” grandiosa nueva- mente tristeza, que fuera de ella sin un ciego en pena, que escucha ocioso lágrimas de las armas de las masas, noctámbulas, aliadas; solo habría que verle sentado, fluir con ella desde allá en ellos, vos pasado por agua, y yo volviendo otra vez a mi cuerpo. Entre tanto y tanto asoma la cabeza por la ventana, nosotros damos unas vueltas con el pensamiento volamos lejos y espero el momento (tu cuerpo) adiós escuchó pasar y volver al asiento listo para empezar de nuevo (quimera). Respiró, y dijo ¡oh, soy un desarmadero de sesos! Habrá que verlo de lleno, intensificar el proceso, buscar el receso, continuar dejando a un lado el ser necio, aceptar el progreso y volver al encuentro. Desilusiones que arrancan (me) de esto y vuelven de nada por compromisos inciertos dementes apuradas en camas acurrucadas, destinos, torbellinos de cuentos, allá a lo lejos fluyeron volvieron y por fin sintieron el despertar de un incomprensible pero cierto momento. ¿Hola? ¿Estas despierto? Amanece de nuevo de oriente a occidente vuelve que llueve en las mentes y esta vez te estoy metiendo adentro.

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