lunes, 18 de abril de 2011

Texto para un tatuaje, Alexis Dovganj

Well the Ukraine girls really knock me out,
they leave the West behind.

(Paul Mc Cartney)

En apercibimiento por un traspié circulatorio (sin ningún oficial presente, desangramos al traidor Piroshkov cortándole la arteria femoral mientras dormía), el General dispuso felicitarnos con la Cruz de la Risa, que es de lata y debe llevarse hincada en un testículo en todas las Fiestas Patrias.
El escarnio que de nosotros se hace consiste en el acoso permanente de las infecciones y el dolor, y en el secreto que juramos sobre el Santísimo Nombre del Cambiador de nuestro Pueblo: declarar que llevamos la Cruz se castiga con pena capital.
Creo, aunque jamás lo confieso a mis compañeros, que el General nos invita así a dar un salto muy alto y superador, un salto hasta la vida, y que cuando llegamos arriba, él quita de allí la vida, y pone en su lugar la lealtad. Vivir es, para nosotros, respetar el Santísimo Nombre. Vivir es, para nosotros, llevar un punzón inscripto en un testículo.

Nosotros, que recibimos el apercibimiento, somos paradigma de virtud para todos nuestros camaradas. Ante ellos, nuestra lealtad no tiene causas ni efectos; junto a ellos somos ejemplo de que se puede vivir sin proferir una queja que nos quite el tiempo para amar, servir y sostener a la Revolución, de que cada uno de nosotros puede entregarse por completo y fluir beato, sin nombre, en el Régimen Revolucionario de la Paz.
Por estas nobles circunstancias que describo ya no creo incomprensible el decreto que hizo de todos los días del calendario Fiesta Patria.

En las mesas de juego, el General arrea las fichas que gana con los gavalines de su sable envainado. Gana con astucia y con frecuencia, y cada vez que saca un buen partido, ríe enteramente animado.
Cuando el dolor me arresta, cuando los gemidos que no pronuncio se traban en mi mente en palabras articuladas, claras e injuriosas, allí también gana el General su juego: la moneda es de una sola cara, callar es vivir.
También allí derrama el General, sobre los tímpanos de mis testículos, su carcajada de lata.

8 comentarios:

  1. reminiscencia de cortázar y de la locura del coronel buendia...me gustó!

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  2. Ammm... ¿pero qué mierda dice esto che? Con toda la onda que me caracteriza, te pasás de vivo me aparece...

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  3. Por el asunto de la reminiscencia... No, no creo.
    ¿Así que me paso de vivo? ¿Y para dónde me paso?

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  4. El mejor relato de todos... Genial!!!!

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  5. El mejor relato!! Este pibe se merece el helado y más.

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  6. Dennlennn el premio a este muchacho, dennlenn

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  7. El mejor!!! posta que el mejor!!! Delen un helado urgente a este pibe, que sea triple bocha y de Grido, no se hagan los boludo. Ah, y que una de las bocha sea de crema borracha (70/30 pelau, ¿ta bien? las otra dos las elegís vos!;))

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  8. Ingenioso, divertido y fresco. ¡Felicitaciones! hay imágenes realmente absurdas. Me gusta la carcajada de lata. Saludos :)

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